uralidad e igualdad. Pero, ¿es realmente esta ley un intento de democratizar los medios de comunicación? ¿O es una perfecta jugada de ajedrez para que el Estado pueda contar con más voces que repartan su discurso?En la conformación de la ley 26.522 influyeron varios elementos que justificaban su creación, entre ellos el urgente reemplazo de un decreto de la última dictadura que todavía rige en nuestro territorio a treinta años de su “sanción”. Otro elemento de vital importancia era la necesidad de acabar con los oligopolios mediáticos (permitidos por otro gobierno justicialista, y no por los militares), donde unos pocos manejan la información con la que el pueblo argentino desayuna todos los días. Así, luego del conflicto con el campo y de afectarles el bolsillo a unos cuantos poderosos, el gobierno de Cristina Fernández decidió llevar el conflicto al otro sector más rico y concentrado del país: El sector de medios.
La división de los oligopolios comerciales (sean medios de comunicación, cadenas de supermercados o la distribución de trapos rejilla) es sinónimo de mayor competencia y de mayor igualdad. El pueblo pasivo no puede hacer nada para evitar la conformación de alianzas comerciales, la única salida que tiene es comprar y consumir lo que se les ofrece. El Estado nada mas tiene la posibilidad de regular la competencia y es lo que pretende lograr con esta sanción.
Pero, a pesar del repentino cambio de actitud y de ahora estar en contra de los oligopolios luego de otorgar el permiso para la fusión de dos poderosas emisoras de cable, el gobierno anuncia con galas la creación de la nueva televisión digital para todos los argentinos (para todos los argentinos de bajos recursos, el resto deberán adquirir el decodificador por la suma de 500 pesos) lo que no significa mas que el surgimiento de un nuevo oligopolio mediático que será manejado por el Estado.
Entonces, se puede corroborar al menos una de las preguntas planteadas al comienzo de este escrito: La nueva Ley de Medios Audiovisuales es realmente un intento de democratizar los medios de comunicación, ya que buscará la eliminación de los oligopolios, produciendo el surgimiento de nuevos medios y la pluralidad de voces a lo largo y ancho del país. Para responder el otro cuestionamiento se deberá esperar algún tiempo, no se puede prever lo que sucederá con el “multimedio oficial” ya que este es un gobierno impredecible. Quizás este sea el primer movimiento de un rey ambicioso y sin límites o, lo que todos deseamos, la simple puesta al aire de varias señales para competir sanamente contra los contenidos de los medios privados.
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