La caída de las últimas dictaduras militares en Latinoamérica y del muro de Berlín en la década del 80, abrieron un panorama de democracia e igualdad en prácticamente todo el mundo, pero esto no significó que los problemas cotidianos sean resueltos con mayor velocidad o que el trato entre hermanos sea equitativo y el reparto económico igualitario, sino que sirvió de excusa para establecer un mapa de dominados y dominadores, de “globalizados” y “globalizadores”, de eternos sometidos y eternos “sometedores”.La globalización económica y tecnológica no podría desarrollarse sin la existencia de medios avanzados de comunicación que intercambian información a tiempo real y transmiten mensajes en el Congo al mismo tiempo que en Tucumán, y el desa
rrollo de Internet es una de las grandes claves para este proceso que crece exponencialmente año tras año.Pero no todo es tan ideal ni tan rosa en el mundo globalizado. La idea de igualdad y fraternidad solo queda sentada en el lema de los revolucionarios franceses, y la (falta de) libertad también se ve afectada en este nuevo contexto mundial.
Absolutamente todo está regido por motivos económicos y por las ansias de crecimiento propio, ajeno a los problemas de los demás y el egocentrismo lidera las actitudes de las grandes potencias, así hablamos de “globalismo” como “el manejo de países como empresas” (según el texto “¿Qué es la globalización?) y eso se refleja en los altos índices de corrupción que se sospecha de cada presidencia.El intento de “apertura” no hace más que encerrar a los más chicos, encadenarlos a su propio destino que solo puede cambiar para peor. La globalización cae con todo s
u peso sobre los pobres obligándolos a ceder o a hundirse en una pobreza mas profunda.
Los medios de comunicación manejan el ritmo de la vida de las personas a gusto y piacere, y no hay que olvidar que estos medios son nada más que empresas, por lo que sus objetivos tienen todos algo en común: el beneficio propio aunque se perjudique a un tercero, en este caso la población en general.
Igualmente no se pueden negar las ventajas de esta eliminación de fronteras y los beneficios de una comunicación global. No se puede olvidar que catástrofes naturales como el huracán Katrina o el terremoto en Haití fueron tapa de todos los medios y la ayuda internacional no se hizo esperar, aunque también se puede contraatacar esa versión entendiendo que la falta de desarrollo económico de esas naciones es otro factor por el cual siempre van a depender de la ayuda del otro, y si “el otro” no quiere ayudarlos estarán condenados a seguir creciendo con cadenas en los pies.
rrollo de Internet es una de las grandes claves para este proceso que crece exponencialmente año tras año.Pero no todo es tan ideal ni tan rosa en el mundo globalizado. La idea de igualdad y fraternidad solo queda sentada en el lema de los revolucionarios franceses, y la (falta de) libertad también se ve afectada en este nuevo contexto mundial. Absolutamente todo está regido por motivos económicos y por las ansias de crecimiento propio, ajeno a los problemas de los demás y el egocentrismo lidera las actitudes de las grandes potencias, así hablamos de “globalismo” como “el manejo de países como empresas” (según el texto “¿Qué es la globalización?) y eso se refleja en los altos índices de corrupción que se sospecha de cada presidencia.El intento de “apertura” no hace más que encerrar a los más chicos, encadenarlos a su propio destino que solo puede cambiar para peor. La globalización cae con todo s
u peso sobre los pobres obligándolos a ceder o a hundirse en una pobreza mas profunda.Los medios de comunicación manejan el ritmo de la vida de las personas a gusto y piacere, y no hay que olvidar que estos medios son nada más que empresas, por lo que sus objetivos tienen todos algo en común: el beneficio propio aunque se perjudique a un tercero, en este caso la población en general.
Igualmente no se pueden negar las ventajas de esta eliminación de fronteras y los beneficios de una comunicación global. No se puede olvidar que catástrofes naturales como el huracán Katrina o el terremoto en Haití fueron tapa de todos los medios y la ayuda internacional no se hizo esperar, aunque también se puede contraatacar esa versión entendiendo que la falta de desarrollo económico de esas naciones es otro factor por el cual siempre van a depender de la ayuda del otro, y si “el otro” no quiere ayudarlos estarán condenados a seguir creciendo con cadenas en los pies.
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